Eleak Mugimendua de Nafarroa ha cubierto, en primicia, la rueda de prensa que doña Yolanda Barcina, en nombre de Palabras, ofreció al terminar la cumbre de la Comunidad de Trabajo del Pirineo, dirigida a los ecoterroristas que atentaron contra ella en Toulouse, mediante duras tartas de merengue francés y que próximamente serán juzgados en la Audiencia Nacional. Reproducimos íntegramente el discurso pronunciado:
Desde Palabras –anteriormente conocido como Eleak- movimiento en defensa de los derechos civiles y políticos de los grupos sociales perseguidos, minorizados e injustamente vilipendiados en nuestra sociedad tales como la clase política, el empresariado, los banqueros y los hombres-blancos-de-derecha-heterosexuales- queremos realizar un llamamiento a la cordura y al sentido común en el caso conocido como de los tartazos.
Pero como el ánimo de toda condena, como es sabido, es educar, antes de seguir queríamos hacer un último esfuerzo por haceros ver lo absurdo de vuestra posición anti-progreso. Limitémonos a vuestra última crítica sin sentido. Os quejáis ahora de que se construya un TAV de 60 kilómetros sólo para Navarra, sin conexiones con el resto de territorios limítrofes con el nuestro, quienes han dejado el proyecto en barbecho. Como si eso fuera un problema… ¡¡todo lo contrario!! Vuestras mentes prepaleolíticas os ciegan, por ello no sois capaces de ver la ventaja competitiva que supone, el valor añadido que otorga a Navarra un proyecto como este, la proyección internacional que nos aporta. La singularidad es imprescindible para hacerse un hueco en el mercado mundial, ¿no lo veis? Navarra, única en el mundo. ¡60 kilometros navarros de TAV navarro sólo para los navarros!
Además, cuando iban a ser miles de kilómetros de TAV… en contra porque es un macroproyecto. Ahora que os lo dejan en 60 kilometrikos de nada… en contra porque es demasiado corto. Que sois los del NO hombre, ¡que se os ve el plumero!
Y ahora que os hemos hecho cercioraros de vuestro profundo error, esperamos que, como buenos cristianos, carcomidos por la culpa de vuestra acción, a caballo entre el gastroterrorismo y el ecoterrorismo, os declaréis culpables ante el tribunal, asumiendo así vuestros pecados y con ellos la justa sentencia condenatoria que os debe llevar a la celda.
Pero si todavía no estáis curados y queréis patalear, tranquilos, podéis ejercer vuestro derecho a defenderos inútilmente. La democracia es grande. Y libre, y una. Y si no os complace la primera sentencia, más democracia: recurso al supremo. Y si no os complace la del supremo, más democracia: recurso al constitucional. Y si no os complace la del constitucional, más democracia: al Tribunal de Estrasburgo. Y si allí resulta que de casualidad y sin presión ninguna el puto Tribunal Comunista de Estrasburgo falla a favor del ecoterrorismo más sanguinario, felicidades y tranquilos que acataremos la sentencia con total deportividad.
Nos despedimos ya. No sin antes aconsejaros, a los ecoterroristas del tartazo en particular, a los ecoterroristas en general y a los terroristas todos en nombre del generalísimo, que obedezcáis. A ver si nos entendemos.
Desobedecer no es malo, pero siempre que se haga desde arriba y desde la derecha (desobediencia al programa político, a los pactos internacionales, a las normas medioambientales, al sentido de la justicia o a quien sea). Pero desobedecer desde abajo o desde la izquierda es malo, muy malo. Y desobedecer desde abajo y a la izquierda, peligroso, muy peligroso.
¿Nos entendemos no? Pues ala, a seguir haciendo el hippy por ahí.
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